By ZENIT
Los proyectos de construcción de un hospital y una universidad se han convertido en “símbolos de esperanza” para los cristianos iraquíes, ayudándoles a construir un futuro alejado de la violencia y de la intimidación que han obligado a tantos fieles a huir del país.
Los proyectos de construcción de un hospital y una universidad se han convertido en “símbolos de esperanza” para los cristianos iraquíes, ayudándoles a construir un futuro alejado de la violencia y de la intimidación que han obligado a tantos fieles a huir del país.
Las dos iniciativas, recuerda la asociación caritativa internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), tomarán forma en Ankawa, suburbio de la capital kurda Erbil. Este lunes, el Gobierno regional garantizó la donación de dos terrenos sobre los cuales construir las nuevas estructuras.
La zona de 30.000 metros cuadrados destinada a la universidad está cerca de la otra de 8.000 en la que se construirá el hospital, que tendrá 100 camas y 8 salas quirúrgicas.
En el anuncio de los dos proyectos a la AIN, el arzobispo de Erbil, monseñor Bashar Warda, afirmó que se crearán puestos de trabajo, formación y otras oportunidades para miles de cristianos que habitan en la zona relativamente segura que es el Kurdistán, ya que está lejos de la violencia que golpea a Bagdad y Mosul.
“Los proyectos que hemos desarrollado estos últimos meses son un símbolo de esperanza para la presencia cristiana en nuestro país”, dijo el obispo tras un encuentro con el comité formado por el clero y laicos para discutir las dos iniciativas.
Estos proyectos, añadió, surgieron en respuesta a la creciente consciencia del hecho de que muchos cristianos que han llegado a esta región son, muchos de ellos, profesionales cualificados, sobre todo del sector educativo y médico.
“La gente que llega aquí de zonas violentas recibe el regalo de una relativa seguridad”, dijo el arzobispo Warda. “Son ellos mismos los que ofrecen sus servicios en una zona que no puede asumir las exigencias de una población creciente”.
De esta manera, se evitarán más éxodos de cristianos de Iraq.
Aunque el hospital y la universidad serán gestionados por la Iglesia y propiedad de la archidiócesis de Erbil, el obispo ha destacado que se les abrirán las puertas a todos los que lo pidan, independientemente de las diferencias religiosas y políticas.
Antes de que se inicien los trabajos de construcción, añadió, será necesaria realizar una campaña para recoger fondos. Para esto, se espera la generosidad de los gobiernos occidentales, de las organizaciones caritativas y de otras ONG.
Del mismo modo ha pedido los consejos y el apoyo por parte de los que gestionan proyectos parecidos por Oriente Medio, como la Universidad del Espíritu Santo en Kaslik, Líbano, fundada por los católicos maronitas en 1961.
La zona de 30.000 metros cuadrados destinada a la universidad está cerca de la otra de 8.000 en la que se construirá el hospital, que tendrá 100 camas y 8 salas quirúrgicas.
En el anuncio de los dos proyectos a la AIN, el arzobispo de Erbil, monseñor Bashar Warda, afirmó que se crearán puestos de trabajo, formación y otras oportunidades para miles de cristianos que habitan en la zona relativamente segura que es el Kurdistán, ya que está lejos de la violencia que golpea a Bagdad y Mosul.
“Los proyectos que hemos desarrollado estos últimos meses son un símbolo de esperanza para la presencia cristiana en nuestro país”, dijo el obispo tras un encuentro con el comité formado por el clero y laicos para discutir las dos iniciativas.
Estos proyectos, añadió, surgieron en respuesta a la creciente consciencia del hecho de que muchos cristianos que han llegado a esta región son, muchos de ellos, profesionales cualificados, sobre todo del sector educativo y médico.
“La gente que llega aquí de zonas violentas recibe el regalo de una relativa seguridad”, dijo el arzobispo Warda. “Son ellos mismos los que ofrecen sus servicios en una zona que no puede asumir las exigencias de una población creciente”.
De esta manera, se evitarán más éxodos de cristianos de Iraq.
Aunque el hospital y la universidad serán gestionados por la Iglesia y propiedad de la archidiócesis de Erbil, el obispo ha destacado que se les abrirán las puertas a todos los que lo pidan, independientemente de las diferencias religiosas y políticas.
Antes de que se inicien los trabajos de construcción, añadió, será necesaria realizar una campaña para recoger fondos. Para esto, se espera la generosidad de los gobiernos occidentales, de las organizaciones caritativas y de otras ONG.
Del mismo modo ha pedido los consejos y el apoyo por parte de los que gestionan proyectos parecidos por Oriente Medio, como la Universidad del Espíritu Santo en Kaslik, Líbano, fundada por los católicos maronitas en 1961.
"Si todo sucede como está previsto”, concluyó, el hospital y la universidad podrían abrir sus puertas en dos años.