Fuente: Zenit
La Santa Sede, a través del nuncio apostólico en Irak, sigue la situación de los dos sacerdotes siro-católicos secuestrados el pasado sábado y trabaja por su liberación. De acuerdo con las emisiones del jueves de «Radio Vaticano», así lo confirmó la víspera el arzobispo Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación vaticana para las Iglesias Orientales --recién llamado a la púrpura cardenalicia por el Santo Padre--.
«Estamos haciendo lo posible, y también el Papa ha hecho el domingo pasado, en el Ángelus, lanzó una petición por su liberación», expresó el prelado al margen de la presentación del número de «Limes» [revista italiana de geopolítica].
«Además, estamos esperando informaciones para ver qué se puede hacer a través del nuncio apostólico» --apuntó-- quien «se encuentra en Bagdad y por lo tanto allí, en nombre del Papa y de la Santa Sede, permanecemos en contacto también con el Patriarca Delly III» (de Babilonia de los Caldeos, Irak) –que igualmente será creado cardenal el próximo 24 de noviembre--.
Con gran preocupación por la situación en Irak, Benedicto XVI hizo el domingo un llamamiento por la inmediata liberación de estos «dos buenos sacerdotes de la archidiócesis siro-católica de Mosul, amenazados de muerte». El padre Mazin Ishoa, de 35 años, y el padre Pius Afas, de 60, se dirigían desde el centro de Mosul (de donde ambos son originarios) a la parroquia de Nuestra Señora de Fátima, en el barrio de al-Faisaliya –donde se les esperaba para la celebración de un funeral--, cuando fueron secuestrados por un número impreciso de hombres armados en el barrio al-Thawara.